Expectativas

Se tiene expectativas propias en cada cosa que empieza a hacer, ya  sea un proyecto, crear una empresa,  si empieza a estudiar algo nuevo o comienza un trabajo nuevo, porque siempre se hace unas expectativas acerca de lo que puede o no puede suceder o de lo que puede ser o lo que puede que no sea, porque estamos frente a algo desconocido o algo nuevo.

Las expectativas están muy inherentes a las personas y no solo a las personas sino a los equipos, nuestro diario vivir está lleno de expectativas y de anhelos que esperan de cierta forma un resultado positivo o que se cumplan las cosas que queremos, cuando planteamos en las expectativas como tan altas y nos vamos hacia cosas fuera de nuestro control o de los pasos que podamos hacer para cumplirlas y no llegamos a ese propósito normalmente pues lo que nos genera frustración, nos genera ansiedad o impaciencia. Entonces debemos de tener muy en cuenta como nos planteamos esas expectativas y como las estamos gestionando.

Las expectativas son esa falsa realidad, donde pensamos que las cosas van a salir muy bien, cuando te haces expectativas muy altas y no las puedes cumplir empiezas a sentirte frustrado y empiezas con la mentalidad de que de que ya no cumplí que ya no lo no lo hice y empezar sentirse frustrado por eso que se planteó como en medio de la emoción.

¿Cuándo tener expectativas nos activan y cuando las expectativas nos dañan?

Depende del momento en que tú plantees esas expectativas, si se plantean en un momento de euforia y felicidad pues tus expectativas van a ser mucho más altas y salidas de la realidad, en cambio cuando las planteas de una forma más consciente estás más aterrizado y te haces responsable de eso que te estás planteando es una forma de seguir y de motivarte.

Cuando las expectativas se gestionan de una manera adecuada se convierten en una motivación, pueden ser un motor que no se mueva o nos dirija hacia un objetivo que nos planteamos, el problema radica en no gestionarlas de la manera correcta y podernos expectativas demasiado altas y demasiado inalcanzables.

Como seres humanos estamos llenos de emociones y no las tenemos tan visibles o tan presentes en nuestra vida, la motivación esta lleno de emoción detrás de esa palabra, hablamos de motivación, pero no sabemos de donde nace o de donde sale y cuando estamos muy felices nuestra realidad es diferente que si estuviéramos más aterrizados.

Y si cambiamos la palabra expectativa por objetivo o meta, porque cuando generamos expectativas no le ponemos números al asunto, cuando lo ponemos como un objetivo o una meta y le ponemos cifras, la expectativa deja de ser platónicas a pasar a algo que va a ser real y va a cumplirse los objetivos deben ser medibles para tener unos resultados, las expectativas no dependen tanto de nosotros mientras que los objetivos si son algo que nos marcamos.

Existe una metodología que utilizamos en Makemas para poder ubicar o plantear objetivos es la metodología SMART, es el acrónimo de inteligente en inglés, es una metodología que integra 5 elementos indispensables al momento de redactar un objetivo “inteligente” o eficaz.

Specific (eSpecífico)

Measurable (Medible)

Achievable (Alcanzable)

Relevant (Relevante)

Time-bound (a Tiempo)

Usando esta metodología los objetivos se vuelven más claros y más visibles.

La invitación es a que esas expectativas y objetivos que estamos planteando sean planteados desde la responsabilidad, contar con unas métricas y que podamos medirnos al final en tiempo y en resultados como fuimos avanzando con esos objetivos que teníamos.

Es importante vivir más en la realidad y tener los objetivos presentes, hay muchos caminos para lograrlo siempre con la innovación presente para lograrlo

Las expectativas bien gestionadas y llevadas como un objetivo nos sirven para avanzar en la vida y no quedarnos siempre en el mismo lugar, son como esa excusa sirve para seguir andando y seguir evolucionando y superándonos cada día.